Contenidos
- 1 ¿Por qué la DGT cambiará las etiquetas ambientales en 2026?
- 2 ¿Cómo funciona hoy el sistema de etiquetas ambientales de la DGT?
- 3 ¿Qué cambios se esperan con las nuevas etiquetas de la DGT?
- 4 ¿Cómo saber qué puede pasar con la etiqueta de nuestro coche?
- 5 ¿Conviene cambiar de coche antes de las nuevas etiquetas de la DGT 2026?
Las etiquetas medioambientales de los vehículos tal y como las conocemos hoy en día podrían variar en un horizonte no muy lejano, hecho que podría cambiar el distintivo de algunos vehículos y, por ende, su acceso a las ZBE y las ventajas que comportan.
Aunque la DGT aún no ha publicado ninguna comunicación oficial al respecto y está estudiando cómo hacerlo, el nuevo sistema de etiquetado podría entrar en vigor a finales de 2026 o a principios de 2027 para reflejar los niveles de contaminación reales de los vehículos, ya que Tráfico es consciente de que el sistema actual tiene puntos de mejora.
En este artículo de Wikidriver te explicaremos en detalle en qué consistiría el cambio de las nuevas etiquetas de la DGT, a qué vehículos afectaría y cuándo podría aplicarse.
¿Por qué la DGT cambiará las etiquetas ambientales en 2026?
La DGT sabe que el actual sistema de etiquetado para clasificar los vehículos y determinar su impacto medioambiental ha quedado obsoleto y tiene algunos problemas que habría que corregir.
Desde hace años, la clasificación de la DGT ha recibido críticas de ayuntamientos, organizaciones ecologistas y ambientólogos, que apuntan que las etiquetas no siempre reflejan los niveles de contaminación reales de algunos vehículos.
En consecuencia, los vehículos enchufables, híbridos ligeros (MHEV) y aquellos que funcionan a base de gas licuado, en realidad, contaminan más de lo que dicen sus distintivos ambientales, y la DGT está estudiando cómo solucionarlo con un nuevo sistema de etiquetado.
¿Cómo funciona hoy el sistema de etiquetas ambientales de la DGT?
Para comprender qué cambios podrían introducirse, primero debemos tener claro cómo funciona el sistema actualmente y en qué principios se basa.
Desde el año 2016, todos los vehículos deben circular con un distintivo ambiental que cataloga su eficiencia energética en base al nivel de emisiones contaminantes que generan (norma EURO). De este modo, se tiene en cuenta el año de matriculación, el tipo de combustible y la tecnología empleada (motor térmico, híbrido o eléctrico) de cada vehículo para otorgarle un distintivo u otro.
Tráfico estableció cuatro categorías (CERO, ECO, C y B, de color azul, azul y verde, verde, y amarillo, respectivamente) para clasificar el parque automovilístico español:
- Etiqueta CERO emisiones (azul): vehículos electrificados con una autonomía eléctrica superior a 40 km, ya sean eléctricos puros (BEV), híbridos enchufables (PHEV) o eléctricos de autonomía extendida (REEV). También se incluyen en esta categoría los vehículos de pila de combustible y aquellos que funcionan con hidrógeno.
- Etiqueta ECO (mitad azul, mitad verde): engloba a los vehículos híbridos, de gas o ambos. Así, se incluyen los eléctricos enchufables con menos de 40 km de autonomía, los híbridos no enchufables (HEV), híbridos ligeros (MHEV), los vehículos propulsados por gas natural comprimido (GNC), gas natural licuado (GNL) o gas licuado de petróleo (GLP) y que, además, cumplan con los requisitos de la etiqueta C de la DGT.
- Etiqueta C: incluye a los vehículos de combustión interna que cumplen con las últimas emisiones EURO (Euro IV, Euro V y Euro VI), como los turismos y las furgonetas ligeras de gasolina matriculadas a partir de enero de 2006 y los diésel a partir de septiembre de 2015. También los vehículos pesados y los de más de 8 plazas matriculados desde 2014, tanto de gasolina como diésel, tienen derecho a esta etiqueta.
- Etiqueta B: vehículos de gasolina matriculados a partir del 1 de enero de 2001 o que cumplan con la norma Euro III. También se incluyen los diésel matriculados a partir de enero de 2006 o aquellos que cumplan con las emisiones Euro IV y Euro V. Finalmente, los vehículos pesados y los de más de 8 plazas matriculados desde 2006, tanto de gasolina como diésel, también forman parte de esta categoría.
Además de estas cuatro categorías, existe una quinta: la de los vehículos sin etiqueta —a veces llamada también “categoría A”—, que incluye a todos aquellos que no cumplen los requisitos mínimos de las normas mencionadas. En concreto, se trata de los turismos y furgonetas de gasolina matriculados antes del año 2001 o que no alcanzan la norma Euro III, y de los diésel matriculados antes de 2006 que no cumplen, como mínimo, la Euro IV.
El problema de la clasificación que acabamos de describir es que mide las emisiones de ciertos contaminantes como el dióxido de nitrógeno (NO2), los hidrocarburos, las partículas (PM) y el monóxido de carbono, entre otros, pero no las de dióxido de carbono (O2), que son las principales causantes del efecto invernadero.
En consecuencia, algunos vehículos catalogados como CERO y ECO en realidad contaminan más de lo que establecen sus distintivos y pueden beneficiarse de unas ventajas que, siendo estrictos, no les corresponderían, como acceso libre a las ZBE, circulación y estacionamiento más flexible que otros vehículos, bonificaciones fiscales y ausencia de restricciones en los episodios de alta contaminación.

¿Qué cambios se esperan con las nuevas etiquetas de la DGT?
Como hemos comentado anteriormente, la DGT aún no ha publicado ninguna comunicación oficial que detalle la entrada en vigor de la reforma, pero sí ha confirmado que actualizará las etiquetas y que los cambios no serán retroactivos. De hecho, tanto el Gobierno como la propia DGT llevan años reconociendo que el actual sistema está desfasado y debe revisarse y, aunque debería haberse corregido en 2021, el proceso de reforma quedó interrumpido.
Ahora parece que se ha retomado la cuestión (especialmente desde que el pasado mes de mayo se aprobó la Ley de Movilidad Sostenible, cuyo objetivo es fomentar una movilidad más respetuosa con el medio ambiente) y que la reforma podría entrar en vigor a finales del año que viene o a inicios del 2027.
¿Y qué implicaciones tendría? Si finalmente se aplican los cambios que se están estudiando, podrían endurecerse los criterios para recibir la máxima catalogación en eficiencia energética, y ciertos vehículos (como los CERO y ECO) podrían tener que cambiar de etiqueta.
Como resultado, habría una mayor diferenciación entre los vehículos totalmente limpios (los eléctricos puros) y los híbridos y microhíbridos, y posibles cambios en las ventajas asociadas a los distintivos CERO y ECO.
¿Cómo saber qué puede pasar con la etiqueta de nuestro coche?
Aún es pronto para saber qué afectaciones podría tener la reforma en cada caso. Lo que sí que podemos hacer hoy en día es revisar la ficha técnica de nuestro coche (norma EURO, tipo de motor, año) en la web de la DGT y asumir que los vehículos más antiguos (y por ende, más contaminantes) son los que más riesgo tienen de perder ventajas.
Sin embargo, también los vehículos teóricamente más eficientes energéticamente como los vehículos enchufables, híbridos ligeros (MHEV) y aquellos que funcionan a base de gas licuado podrían sufrir modificaciones y cambiar de categoría.
¿Conviene cambiar de coche antes de las nuevas etiquetas de la DGT 2026?
Ante las posibles modificaciones del sistema de etiquetado muchos conductores quizás se pregunten si es necesario cambiar de vehículo para adaptarse a la nueva reforma. Previsiblemente, el sistema de nuevas etiquetas medioambientales DGT aún tardará en entrar en vigor (antes el Gobierno debe realizar un estudio para analizar la cuestión en el que participarán un grupo de trabajo de varios ministerios y las comunidades autónomas), así que lo más prudente es esperar a que la DGT publique oficialmente cuándo empezará a aplicarse la nueva reforma y qué cambios implicará.
Sin embargo, si nuestro vehículo actualmente tiene la etiqueta B o C es probable que tenga más restricciones, así que un buen consejo es estar atento a la actualidad y sopesar alternativas para adelantarnos a lo que pueda ocurrir en unos meses. Por eso, es recomendable:
- Valorar si realmente necesitamos entrar en una ZBE a diario: en primer lugar, si nuestro vehículo ya tiene unos años y cuenta, (o podría contar), con restricciones de acceso para entrar en una ZBE conviene analizar con qué frecuencia necesitamos hacerlo. No es lo mismo tener que desplazarnos cada día que hacerlo de forma puntual.
- Planificar la renovación del coche a medio plazo: si debemos acceder a diario a esta zona de circulación restringida podemos empezar a informarnos las alternativas disponibles para renovar el coche, ya sea modelo nuevo o uno de segunda mano. En este último caso, será esencial comprobar que pueda acceder a la ZBE y que el vehículo esté en buen estado.
- Complementar el uso del coche con transporte público u otras alternativas: la implantación de las ZBE en muchas ciudades españolas ha llevado a muchos conductores a cambiar el vehículo privado por el transporte público o por soluciones como el car sharing u otras formas de micromovilidad (bicicletas y patinetes eléctricos), combinables con la red de transporte urbano.
A modo de conclusión, en este artículo te hemos explicado en qué consiste la reforma de las etiquetas medioambientales que está estudiando la DGT y cómo podría afectar al parque automovilístico actual. Aunque todavía no existe un calendario oficial ni criterios definitivos publicados, sí se sabe que Tráfico trabaja en una actualización del sistema y que podría incorporar nuevos parámetros para evaluar el impacto ambiental de los vehículos. Esto podría implicar que algunos modelos —incluidos algunos ECO y CERO— cambiasen de categoría y que los vehículos más contaminantes tuvieran mayores restricciones de acceso a las ZBE. En cualquier caso, antes de tomar una decisión sobre cambiar o no de coche en los próximos meses, lo más recomendable será seguir la actualidad y valorar con calma posibles alternativas.



