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Si antes era una necesidad más bien económica, en la actualidad reciclar se ha convertido en una necesidad ambiental y en cualquier sector industrial resulta indispensable, también en el automovilístico. Sin embargo, el reciclaje de coches no es novedoso, sino que es una práctica que se remonta a la Edad Media, cuando se reaprovechaban ruedas, herrajes de cuero y hierro y otros elementos de los carruajes para recuperar piezas muy costosas en la época.
Hoy en día, cuando termina la vida útil de un automóvil, también se aplican una serie de procesos para reutilizar el máximo de piezas y elementos y minimizar el impacto ambiental, entre otros objetivos. Pero ¿sabes cómo se lleva a cabo el reciclaje de vehículos? En este artículo de Wikidriver te lo contaremos, así que, si tienes curiosidad por conocer el proceso en detalle, te recomendamos que sigas leyendo.
¿Cuánto dura la vida útil de un coche?
Antes de entrar en materia y analizar en qué consiste el reciclaje de coches, veamos cuánto dura la vida útil de un vehículo y qué factores influyen en el número de años que puede circular.
Según los últimos informes de ANFAC (Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones) y de la DGT de 2023-2024, la vida media del parque automovilístico español está actualmente en torno a los 14 años. Es una de las más altas de Europa, ya que la media europea ronda los 11,5 años. Sin embargo, varios factores influyen en estas cifras genéricas e incrementar o disminuir la vida útil de un turismo. Veamos cuáles son:
- Uso: el tipo de conducción que hagamos (urbana o interurbana) condicionará el deterioro de nuestro coche. Así, si conducimos en ciudad el vehículo sufrirá un mayor desgaste de los frenos, el embrague, el motor, etc., mientras que, si lo hacemos por carretera, no se desgastará tanto debido a una conducción más uniforme y eficiente.
- Kilometraje: según los kilómetros que hagamos habitualmente con el coche, este tendrá una vida útil más larga o corta. A mayor kilometraje, más desgaste del automóvil, especialmente si no hacemos un buen mantenimiento de él.
- Tipo de combustible/tecnología: otro factor que influye en la durabilidad de un turismo es el tipo de tecnología y carburante que use. Si se cuidan bien, los diésel suelen tener una vida útil más larga que los de gasolina; en cuanto a los vehículos eléctricos e híbridos, su vida está condicionada sobre todo por las baterías, que normalmente duran entre 8 y 15 años.
- Mantenimiento: el cuidado que tengamos del automóvil tiene una influencia directa en su durabilidad. Así, un coche con un buen mantenimiento (revisión regular de neumáticos, frenos, nivel de aceite, revisiones periódicas, etc.) durará más que otro que descuide estas tareas básicas. Igualmente, un automóvil aparcado en la calle sufrirá un desgaste mucho mayor que uno estacionado en un parking al estar expuesto a las inclemencias del tiempo.
- Calidad del vehículo y de sus componentes: ciertas marcas y modelos, especialmente los de gama alta, utilizan mejores tecnologías, materiales y componentes que alargan la vida de sus vehículos. De este modo, los coches de gamas medianas-bajas envejecen antes y tienden a sufrir mayores averías, sobre todo si hacemos un uso intensivo de ellos combinado con un mal mantenimiento.
- Normativa medioambiental: las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) implantadas en muchas ciudades españolas y europeas a menudo también determinan la vida útil de un automóvil, obligándolo a retirarlo de la circulación, a pesar de que siga funcionando.
Por todo ello, si nuestro vehículo necesita pasar por el taller y la reparación es muy cara debemos sopesar el coste de arreglarlo frente a su valor residual. Si, finalmente, decidimos no repararlo y preferimos cambiarnos el coche, deberemos reciclarlo para cumplir con la normativa estatal y garantizar que sus componentes se gestionen de forma segura y sostenible.
¿En qué consiste el proceso de reciclaje?
En el imaginario colectivo, un coche que ya no sirve suele acabar en un desguace. Sin embargo, este no es su destino final, sino una etapa intermedia dentro del proceso de reciclaje.
A continuación, examinaremos en detalle las tres grandes fases que lo conforman:
Primera fase: recogida en el Centro Autorizado de Tratamiento (CAT)
En primer lugar, cuando un vehículo ha llegado a su fin de ciclo de vida su propietario debe entregarlo a un CAT. Allí se tramita su baja definitiva en la DGT y el automóvil entra en la fase de descontaminación de líquidos, en la que se extraen sus residuos peligrosos como aceite, gasolina, líquido anticongelante, etc., así como otros componentes (batería, neumáticos, etc.).
También se desmontan las piezas que todavía pueden reutilizarse, como espejos retrovisores, cinturones, puertas, parachoques, etc. De todo el material extraído, una parte se vende en los propios CATs, otra se envía a gestores autorizados en el tratamiento y reciclaje de residuos y, la que no puede aprovecharse, se manda a las plantas fragmentadoras.
Segunda fase: tratamiento en la planta fragmentadora
Los materiales procedentes del CAT pasan primero por una fase de prefragmentación y, seguidamente, se trituran.
Después, los materiales ligeros –como espumas, textiles y plásticos ligeros– se aspiran y se aplica una separación magnética que permite extraer los metales férricos (hierro y acero). El objetivo es hacer una valoración de la chatarra férrica y no férrica para poder aprovecharla en la industria automovilística y en otros sectores de actividad.
Por último, se realiza una clasificación manual para separar aquellos elementos que no son de hierro, como el cobre, el aluminio, etc. De nuevo, los materiales obtenidos tras esta última clasificación tienen tres posibles destinos: enviarse a una planta de postfragmentación para un tratamiento más específico, fundirse en acerías o siderurgias para recuperar los metales, o eliminarse de forma controlada si no es posible su reaprovechamiento.
Tercera fase: tratamiento en la planta de postfragmentación
En esta planta de nuevo se separan los materiales mediante procesos muy variados, como el cribado (que funciona como un “tamiz” para clasificar los restos según su tamaño), los sistemas ópticos (que usan sensores y cámaras para distinguir materiales como plásticos o vidrios según cómo reflejan la luz), las corrientes de inducción (que permiten separar los metales no férricos gracias a campos magnéticos) y las mesas densimétricas (que clasifican las piezas en función de su peso y densidad, aprovechando corrientes de aire o vibración).
Finalmente, los residuos que no pueden reutilizarse o reciclarse se destinan a instalaciones de valorización energética, donde se emplean como combustible para generar calor o electricidad.

Beneficios del reciclaje de vehículos
Reciclar vehículos ofrece múltiples beneficios tanto medioambientales como económicos y sociales.
El proceso de descontaminación, despiece y achatarramiento permite recuperar materiales valiosos, reducir el impacto ambiental y garantizar una correcta gestión de los residuos peligrosos, entre otros.
A continuación, analizaremos en detalle cuáles son los principales beneficios de este proceso:
- Reducción de emisiones y ahorro de recursos naturales: el principal beneficio del reciclaje de coches es que permite reducir drásticamente el impacto ambiental, ya que reciclar un vehículo evita la emisión de unos 4.000 kg de CO2, hecho que equivale a la combustión de 1.800 litros de gasolina. Además, al evitar la extracción y el procesado de recursos naturales como el hierro, el petróleo o de minerales estratégicos, permite minimizar el impacto ambiental y aprovechar los recursos existentes.
- Mejora en la gestión de los residuos, especialmente, los peligrosos: un vehículo contiene numerosos elementos que, si no se tratan de forma adecuada, pueden tener graves consecuencias para el planeta. Nos referimos a aceites, combustibles, líquidos de frenos, anticongelantes, baterías de plomo-ácido o de litio, así como componentes electrónicos con metales pesados. Mediante el reciclaje de vehículos, estos residuos no terminan en un vertedero contaminando el medio ambiente, sino que se tratan y reaprovechan en la industria automovilística y en otros sectores de actividad. Para lograr esta eficaz gestión de los residuos, España cuenta con un sólido ecosistema de más de 1.400 CATs, 25 plantas fragmentadoras y 9 instalaciones de postfragmentación en todo el territorio.
- Reintegración de materiales en la industria automotriz: actualmente los automóviles nuevos incorporan un elevado porcentaje de materiales reciclados, como acero (con una media del 25 %), plásticos, vidrio, espumas o textiles recuperados. Además, en los últimos años los fabricantes automovilísticos están aplicando cada vez vez más criterios de sostenibilidad, de forma que no solo se reaprovechan materiales y componentes de los vehículos que ya han llegado al fin de su vida útil, sino que también se utilizan plásticos extraídos del mar, materiales reciclados de sectores industriales, etc.
- Ahorro económico: la reutilización de piezas y materiales abarata los costes de producción a los fabricantes automovilísticos, puesto que no es necesario extraer y procesar materias primas como el cobalto, el cobre, etc. Por otro lado, también supone un importante ahorro en las reparaciones a los usuarios, que pueden encontrar repuestos originales en buen estado en los CATs a un precio mucho más bajo que en los talleres o en los comercios de automoción.
- Cumplimiento de la normativa europea de residuos: además de los beneficios anteriormente descritos, estas prácticas permiten cumplir con la legislación europea de residuos.
- Impulso a la economía circular: el reciclaje de vehículos es una pieza clave dentro de la economía circular, ya que permite recuperar y reaprovechar materiales y reducir la dependencia de nuevas materias primas. De este modo, en lugar de que los automóviles se conviertan en simples residuos, gran parte de sus componentes —metales, plásticos, vidrios, textiles, gomas, baterías, etc.— se reincorporan a la cadena productiva.
- Estimula la ecoinnovación en la industria automovilística: por último, el reciclaje y aprovechamiento de materiales y componentes de un vehículo en desuso fomenta la competitividad de las empresas que aplican criterios de economía circular y obliga a los fabricantes a diseñar vehículos más fáciles de desmontar, reciclar y aprovechar, incorporando criterios de ecodiseño desde el inicio.
Normativa y obligaciones legales sobre el reciclaje de coches
Desde 2015, Europa obliga a reciclar el 95 % de un vehículo, según marca la Directiva 2000/53/CE del Parlamento Europeo y el Consejo. En España, esta obligación queda estipulada en el Real Decreto 265/2021, que regula la gestión de los vehículos al final de su vida útil (VFVU). Según esta norma, todos los agentes implicados en el proceso de reciclaje —propietarios, Centros Autorizados de Tratamiento (CAT), fabricantes, importadores y la propia Administración— deben asumir responsabilidades específicas y están legalmente obligados a cumplir con una serie de actuaciones para garantizar una correcta gestión ambiental.
En base a los datos de Sigrauto (Asociación Española para el Tratamiento Medioambiental de los Vehículos Fuera de Uso), en 2023 España alcanzó una tasa de reutilización y reciclaje del 88 %, y más de un 93 % de recuperación total de residuos de vehículos retirados de la circulación. Estos datos sitúan a nuestro país claramente por delante del promedio europeo (con unos niveles de reciclaje del 89,1 %) y ejemplifican las mejoras logradas en la gestión de los vehículos al final de su vida útil.
Pasos para reciclar tu coche
Finalmente, un apunte práctico por si ha llegado el momento de jubilar a nuestro automóvil. Para poder darlo de baja y reciclarlo, deberemos seguir los pasos siguientes:
- Llevar el coche a un CAT autorizado: deberemos entregarlo en estos centros o bien solicitar que vengan a recogerlo con una grúa si ya no puede circular. Los CAT son los únicos lugares autorizados para depositar un vehículo en desuso, ya que no podremos dejarlo abandonado en un taller o en la vía pública. Si lo hacemos, estaremos incurriendo en una infracción administrativa grave o muy grave, con sanciones económicas elevadas y la obligación de cubrir los gastos de retirada y de gestión.
- Entregar la documentación necesaria: seguidamente, deberemos presentar la documentación del vehículo (ficha técnica y permiso de circulación) para poder solicitar la baja definitiva en los registros de la DGT.
Tras hacer estos sencillos pasos, el CAT emitirá un Certificado de Destrucción y un justificante de la baja definitiva, que deberemos guardar por si nos lo solicita alguna administración.
Para terminar, en este extenso artículo hemos desgranado en detalle en qué consiste el proceso de reciclaje de un vehículo, qué beneficios comporta y en qué punto se sitúa España respecto al resto de países europeos. También hemos repasado la normativa vigente y los pasos a seguir para alargar la vida útil de los coches y gestionar de forma correcta su baja definitiva. De este modo, si estás pensando en jubilar a tu vehículo, ahora ya sabes cómo hacerlo y contribuir así a la protección del medioambiente, al aprovechamiento responsable de recursos y al impulso de una movilidad más sostenible.