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Conducir con calor: riesgos y consejos para una conducción segura en verano

Conducir con temperaturas extremas, tanto en invierno como en verano, supone un mayor reto que en otras épocas del año y exige una atención especial al volante. Aunque la gran mayoría de coches actuales disponen de sistemas de refrigeración y calefacción, la temperatura ambiental nos afecta igualmente y puede dificultar las paradas durante el trayecto. En verano, por ejemplo, el calor intenso puede producir sopor y disminuir los reflejos y la concentración, especialmente si se combina con comidas copiosas y/o falta de descanso. Por este motivo, y aprovechando que se acercan las vacaciones veraniegas, en este artículo de Wikidriver te ofreceremos una serie de recomendaciones prácticas para conducir con calor de forma segura y prepararte adecuadamente frente a las altas temperaturas en la carretera.

Cada año, con motivo de la operación salida por las vacaciones de verano, la DGT lanza campañas publicitarias con los mismos mensajes: prudencia, responsabilidad al volante y respeto a las normas de circulación para promover la seguridad vial, evitar accidentes y mejorar la fluidez en la carretera. Desde hace unos años, y en un contexto marcado por el cambio climático, las autoridades de Tráfico han añadido un nuevo elemento esencial a sus campañas estivales: recomendaciones específicas para conducir con de forma segura ante temperaturas extremadamente elevadas, un riesgo cada vez más frecuente en los desplazamientos veraniegos, sobre todo en el arco mediterráneo.

¿Cómo afecta el calor a la conducción?

Tal como señala la DGT, el calor aumenta la temperatura dentro del habitáculo, favoreciendo la deshidratación y el agotamiento físico del conductor, hecho que, a su vez, incrementa el riesgo de cometer errores al volante. 

Igualmente, conducir con calor puede favorecer la aparición de sueño y fatiga y alterar la capacidad de concentración, reduciendo los reflejos y el tiempo de reacción. Un ejemplo práctico nos lo muestra con claridad: a una temperatura de 35° un conductor reacciona un 20 % más lento que si estuviese a 25°, y este riesgo equivale a conducir con una tasa de alcoholemia de 0,5 g/l. 

Por si estas cifras no fueran suficientemente elocuentes, diversos estudios científicos elaborados en los últimos veinticinco años también corroboran la peligrosidad del binomio calor extremo y conducción. Así, según un estudio llevado a cabo por Research Gate en Cataluña entre los años 2000 y 2011, cada aumento de 1 °C de la temperatura máxima incrementa en 1,1 % el riesgo de accidente debido al deterioro de las capacidades psicofísicas del conductor. En la misma línea, tras analizar la relación entre las olas de calor y la siniestralidad vial en Norteamérica en 2022, el bufete legal DeMayo Law Offices concluyó que la probabilidad de sufrir un accidente durante períodos extremadamente calurosos aumenta un 3,4 %, en comparación con días con temperaturas normales. 

Como señalan estos estudios, existe una clara relación entre el deterioro de la capacidad cognitiva al volante debido al calor intenso y el aumento de los accidentes de tráfico. No obstante, las temperaturas elevadas no solo afectan a la concentración, sino que también pueden alterar el comportamiento del conductor, favoreciendo conductas agresivas al volante, infracciones y una conducción impulsiva.


Consejos para conducir con seguridad en condiciones de calor

Ahora que ya conocemos qué efectos provocan las altas temperaturas en la conducción, veamos algunas recomendaciones para circular de forma segura y evitar que el calor dificulte el trayecto:

  • Ventila el vehículo antes de salir a la carretera y de poner el aire acondicionado: antes de emprender la marcha, baja las ventanillas del coche para ventilar el habitáculo e igualar las temperaturas interior y exterior. Ten en cuenta que, con una temperatura de 29°, la temperatura interior aumenta casi 20° en los primeros 45 minutos de exposición.
  • Mantén una temperatura adecuada en el habitáculo (entre 22°C y 24°C): el confort térmico es esencial para conducir con seguridad, evitar la aparición de fatiga y somnolencia e igualar las temperaturas interior y exterior. Una vez que hayas aireado el coche, enciende el climatizador y asegúrate de que la temperatura está entre 22° y 24°; recuerda no orientar las salidas del aire hacia la cara y el pecho, sino hacia otras partes para mayor confort. 
  • Evita conducir en las horas de mayor calor, especialmente entre las 13:00 y las 17:00 horas: si es posible, trata de no salir a la carretera durante las horas de más calor. No solo las temperaturas elevadas dificultan la conducción, sino que los rayos del sol pueden deslumbrarnos e impedir tener una buena visibilidad. Intenta programar las salidas más tarde, aunque intenta evitar conducir de noche por la menor visibilidad y el riesgo de somnolencia.
  • Utiliza un vestuario y calzado adecuados y unas gafas de sol homologadas para reducir la fatiga ocular: sentirse cómodo al volante es básico para poder maniobrar correctamente y realizar el trayecto en óptimas condiciones. Para ello, lleva ropa cómoda, ligera y holgada y un calzado que sujete adecuadamente el pie, nunca chanclas o sandalias que puedan resbalar. Igualmente, protege la vista con unas buenas gafas de sol; no solo evitarán que te deslumbres, sino que reducirán la fatiga ocular.
  • Hidrátate con frecuencia: toma agua y bebidas refrescantes (como zumos o bebidas isotónicas) aunque no tengas sensación de sed. Si tu vehículo no tiene aire acondicionado, hidrátate con mayor frecuencia.
  • Haz comidas frugales y refrescantes: si vas a conducir durante varias horas, evita comidas copiosas y opta por platos ligeros, ricos en proteínas y vitaminas. El zumo de tomate, gazpacho o salmorejo, los alimentos a la plancha y la fruta son una buena opción mientras estamos en ruta.
  • Haz paradas frecuentes para descansar: recuerda parar cada 200 km o 2 horas para hidratarte, ventilar el vehículo y relajarte. Aprovecha también para hacer algunos estiramientos y tomar algo ligero. Si, a veces, se te olvida parar, puedes utilizar alguna de las varias aplicaciones móviles existentes actualmente en el mercado (como Drive Awake o Safety GPS), asistentes virtuales como Siri o Alexa, alarmas o relojes inteligentes para que te recuerden la necesidad de hacer una parada. Si, en cualquier momento, sientes mucha fatiga o somnolencia detente inmediatamente para descansar o dormir un poco. También puedes usar un detector de fatiga, un dispositivo que vigila nuestra atención al volante y nuestra capacidad de concentración.

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Impacto del calor en el vehículo y cómo mitigarlo

Además de influir en el conductor, las altas temperaturas también pueden afectar al rendimiento del vehículo. 

Por eso, a continuación, te ofrecemos algunos consejos para preparar tu coche y prevenir posibles riesgos durante los desplazamientos:

  • Revisa el sistema de refrigeración y los niveles de líquidos antes de empezar el viaje: estos elementos son básicos para asegurar el confort térmico durante el trayecto y garantizar que el coche funcione correctamente a pesar del calor intenso.
  • Mantén los neumáticos en buen estado: el calor puede aumentar el riesgo de pinchazos porque aumenta la presión de las gomas, provoca un mayor desgaste y, a la larga, deteriora los materiales con que están elaboradas. Por ello, comprueba que las gomas tengan la presión adecuada, no estén demasiado desgastadas ni presenten grietas o fisuras para evitar reventones.
  • Vigila la temperatura del motor del vehículo: el calor intenso aumenta el riesgo de sobrecalentamiento del motor, lo que puede provocar averías graves si no se detecta a tiempo y disminuir la seguridad vial. En consecuencia, es muy importante comprobar la temperatura del motor en el panel de instrumentos, mediante alertas electrónicas o dispositivos externos y detener el vehículo para que se enfríe si ha alcanzado valores muy elevados.
  • Protege el vehículo del sol: siempre que tengas que parar, intenta hacerlo en zonas sombreadas. Si no es posible, usa parasoles para proteger el volante y evitar que el habitáculo se caliente demasiado. 

A modo de conclusión, en este artículo hemos analizado cómo el calor afecta negativamente a las capacidades para conducir con seguridad y qué efectos tiene también sobre el vehículo. Sin embargo, siguiendo algunos simples consejos podremos mitigar los efectos de las altas temperaturas y evitar que el coche sufra averías. Así que, si este verano tienes pensado hacer una larga ruta en coche y se prevé una ola de calor durante el trayecto, ten en cuenta estas prácticas recomendaciones y no te la juegues.